Nací en Ledrada, provincia de Salamanca, en el seno de una humilde familia dedicada, entre otras labores, a la elaboración de embutidos y jamones de cerdo ibérico desde principios de siglo.
Llegué a Cuenca cuando tenía 16 años allá por el 1.949. Me instalé junto a mi padre y mi hermano en un pequeño puesto del antiguo mercado de abastos, vendiendo productos de charcutería en gran parte traídos desde mi pueblo natal, Ledrada y pueblos vecinos de muy conocido nombre como Guijuelo.
Con mucho trabajo y un buen servicio, las ventas fueron creciendo hasta que decidí instalarme por mi cuenta en la actual ubicación de Avda Castilla la Mancha 8 hacia el año 1.956. Al principio era un local pequeño, ubicado en un viejo edificio, en el cual estuve aproximadamente hasta el año 1972, año en el cual pude acometer una profunda reforma consistente en el derribo y nueva construcción de la actual jamonería. Unos años mas tarde, hacia 1982 me embarqué en un nuevo reto, salar y curar mis propios jamones, y monté unos secaderos de jamones en el Polígono El Cantorral, negocio que hoy en día regenta uno de mis hijos.
Así pues llevo atendiendo al público de Cuenca la friolera de 59 años en los cuales he visto pasar familias enteras, he despachado a niños que no llegaban al mostrador, y los he visto crecer y venir a mi tienda con su novia que luego sería su mujer, y luego con sus hijos, a los cuales con el tiempo también he tenido por clientes y amigos, en muchos casos, he conocido tres generaciones de clientes a la mayoría de los cuales veo casi a diario y llamo por su nombre… y ellos a mí.
En fin, para ser conquense del todo, solo me falta haber nacido aquí, pero me siento tan conquense como el que más, sin olvidar mi tierra… mis raíces.
Me gustaría agradecer a todos los conquenses que me han acompañado durante todos estos años, clientes, amigos, y a mis hijos y por supuesto a mi esposa que tanto me ayudó y apoyó mientras pudo.